30 de junio de 2008


Recomendaciones para el periodo estival
Las consecuencias de la exposición prolongada al sol, las picaduras de medusas y las lesiones medulares asociadas a las zambullidas son algunos de los principales riesgos para la salud asociados a las vacaciones de verano. En el inicio del periodo estival en España, el Ministerio de Sanidad y Consumo recuerda, como cada año, una serie de recomendaciones para prevenir, en lo posible, este tipo de lesiones.
No lanzarse al agua en zonas desconocidas, evitar el consumo de alcohol antes de bañarse, vigilar especialmente a los niños durante el baño, no exponerse al sol en las horas centrales del día, proteger especialmente la cabeza y los ojos, utilizar cremas protectoras y limpiar con agua salada las picaduras de medusas figuran entre los principales consejos que se ofrecen para este periodo estival.

MEDIDAS GENERALES PARA LAS ALTAS TEMPERATURAS

Desde el Ministerio de Sanidad y Consumo se quiere incidir en la importancia de concienciar a la población de la necesidad de prevenir los efectos que las altas temperaturas pueden tener sobre su salud. Dado que la mejor defensa es la prevención se señalan una serie consejos útiles y recomendaciones para que la población pueda hacer frente en las mejores condiciones posibles a los efectos de los excesos de temperaturas:
Beba abundantes líquidos, aunque no sienta sed e independientemente de la actividad física que realice. Si su médico le limita habitualmente la cantidad de líquido o le ha indicado un tratamiento diurético, consulte con el mismo la cantidad de líquidos que debería beber los días de calor.
No abuse de los líquidos que contengan cafeína o grandes cantidades de azúcar ya que, en realidad, le hacen perder más líquido corporal. Evite también el alcohol.
Asegúrese de que niños y ancianos también beban abundantes líquidos, aunque no sientan sed, en los días de mucho calor.
Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor, preste especial atención a bebés y niños pequeños, ancianos y personas con enfermedades mentales o enfermedades físicas que puedan agravarse con el calor y la deshidratación como, por ejemplo, las enfermedades cardíacas. Visite frecuentemente a ancianos y enfermos para asegurarse de que están bien y de que se hidratan correctamente.
Permanezca el mayor tiempo en lugares frescos, a la sombra o climatizados. Si no tiene aire acondicionado en su domicilio, plantéese la posibilidad de acudir a un lugar público que disponga del mismo como, por ejemplo, centros comerciales o bibliotecas. Refrésquese cada vez que lo necesite.
Evite la realización de esfuerzos físicos en las horas de más calor. Si pretende realizar alguna actividad física o deportiva es aconsejable limitarla a las primeras horas de la mañana o al atardecer. Tras la actividad, reponga los líquidos de forma adecuada.
Use ropa clara, ligera, holgada y que deje transpirar. Si necesita salir en las horas de más calor, protéjase del sol llevando sombrero, gafas de sol y protector solar con un índice de protección solar mínimo de 15 que deberá aplicarse aproximadamente 30 minutos antes de salir.
Nunca deje a nadie (especialmente niños, ancianos o enfermos crónicos) en un vehículo estacionado y cerrado.
Consulte a su médico ante cualquier síntoma que pueda estar relacionado con las altas temperaturas.
Mantenga sus medicinas en lugar fresco, el calor puede alterar su composición y su efecto

Por otra parte, durante el verano, es cuando más actividades desarrollamos al aire libre pero también es la época en la que los rayos del sol son más dañinos, ya que inciden en la Tierra de forma más perpendicular. Nuestra piel es en esta época muy vulnerable a la exposición solar, por lo que una adecuadaprotección es fundamental para evitar daños sobre la salud, sobre todo porque los efectos negativos de la exposición prolongada al sol son acumulativos.
Algunas de estas consecuencias son quemaduras, insolaciones, afecciones oculares, alteraciones del sistema inmunitario o el envejecimiento cutáneo prematuro. El aumento del cáncer de piel (carcinoma y melanoma maligno) en los últimos años es un claro indicativo de los peligros que comportan estas radiaciones cuando no se toman las debidas medidas de precaución.
No obstante, la mayoría de los efectos adversos de la exposición al sol son evitables siguiendo unos sencillos consejos que recomiendan el Ministerio de Sanidad y Consumo y las organizaciones especializadas:
1. Evite exponerse al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas), así como exposiciones prolongadas o siestas.
2. Disminuya las partes del cuerpo expuestas directamente al sol. Las prendas ligeras, las camisas de punto tupido y los pantalones largos bloquearán la mayor parte de la radiación solar. Las prendas más cómodas en los climas calurosos son las camisas de algodón de colores claros. La ropa debe ser cómoda y no demasiado ceñida.
3. Se recomienda cubrir la cabeza con sombreros o gorras.
4. El sol puede dañar también los ojos, por lo que es recomendable utilizar gafas de solo homologadas que filtren, al menos, el 90% de la radiación ultravioleta.
5.Utilice productos de protección solar con un factor elevado y adecuados a su edad, tipo de piel y zona del cuerpo. Estos protectores deberán aplicarse, en cantidades generosas, 30 minutos antes de exponerse al sol y renovarse cada dos horas y después de cada baño. Recuerde que ni siquiera los productos de protección solar muy eficaces y que protegen frente a ambas radiaciones, UVB y UVA, pueden garantizar una protección total frente a los riesgos que la radiación ultravioleta (UV) entraña para la salud. Por esta razón, se ha cambiado la normativa de etiquetado de los productos de protección solar y no debe declararse ni darse a entender que ofrecen protección total frente a los riesgos derivados de una exposición excesiva a la radiación UV. La única forma de evitar completamente los daños del sol es evitar la exposición y, cuando esto no se haga, tomar las medidas de protección adecuadas descritas para intentar disminuir el riesgo.
6. Sea cuidadoso en exposiciones sobre y en el agua, ya que la radiación puede penetrar hasta un metro en el agua clara.
7.Proteja especialmente a los niños, ya que son muy sensibles a sobre exposiciones al sol en esta época del año. Se debe evitar también que menores de 3 años estén expuestos al sol. Se deben utilizar cremas de factor solar elevado (se aconsejan factores de protección solar mayores de 40). 8.Si toma medicación, compruebe que ésta no aumenta la sensibilidad cutánea a la radiación ultravioleta.
9.No olvide que el riesgo de quemaduras solares se incrementa con la altura (cada 300 metros, aumenta un 4% el poder de las radiaciones ultravioletas) por lo que en la montaña se deben seguir los mismos consejos para protegerse del sol.

Con la llegada del calor una de las medidas que se utilizan para refrescarnos son los baños en aguas recreativas, incluyendo las aguas costeras (playas), los lagos y ríos de agua dulce y las piscinas. Los riesgos para la salud asociados con baños en las aguas recreativas pueden minimizarse con conductas seguras y sencillas precauciones.
Los riesgos para la salud más importantes en las aguas recreativas son los ahogamientos y las lesiones por impactos, especialmente las lesiones en la cabeza y en la columna vertebral.
Una persona puede ahogarse si queda atrapada en una marea o corriente rápida, si una marea alta le cierra el paso, al caer por la borda de un barco, si es atrapada por obstáculos sumergidos o se queda dormida sobre un colchón hinchable mientras se adentra en el mar.
En las piscinas los ahogamientos pueden deberse a accidentes al tirarse al agua de cabeza y perder el conocimiento por el impacto. Si el agua está turbia puede ser difícil ver a los nadadores u obstáculos sumergidos, lo que incrementa las probabilidades de un accidente en el agua. Los niños pueden ahogarse en muy poco tiempo y en una cantidad relativamente pequeña de agua. El factor que contribuye con más frecuencia a que los niños se ahoguen es la falta de supervisión por los adultos. Los niños en o cerca del agua deben estar bajo una constante supervisión de los adultos.
Las lesiones por impacto son normalmente resultado de accidentes de buceo, especialmente por bucear en aguas poco profundas y/o tropezar con obstáculos bajo el agua. El agua puede parecer más profunda de lo que en realidad es. El impacto contra una superficie dura puede producir lesiones en la cabeza y/o en la columna vertebral. Las lesiones en la médula espinal pueden dar lugar a diversos grados de paraplejía o tetraplejía.
A la hora del baño, es aconsejable evitar los riesgos que representan las zambullidas, que provocan cada año más de un 5% de las lesiones medulares que se registran en nuestro país, sobre todo en niños y adolescentes: entre un 80% y un 90% de los afectados por estos accidentes tienen entre 15 y 25 años. Los expertos recomiendan sencillos consejos que minimizan este peligro:
Adoptar conductas seguras en las aguas recreativas: usar chalecos salvavidas cuando sea adecuado, prestar atención a las mareas y las corrientes, evitar los desagües en piscinas y balnearios.
Ejercer una constante supervisión de los niños cuando estos estén cerca de aguas recreativas, incluso cuando la cantidad sea pequeña.
Evitar el consumo de alcohol antes de cualquier actividad en o cerca del agua.
Comprobar cuidadosamente la profundidad del agua antes de sumergirse y evitar bucear o saltar en aguas turbias, donde pueden no ser visibles nadadores y objetos.
No tirarse de cabeza en zonas poco profundas o donde se desconozca la profundidad del agua. No saltar sobre otras personas en el agua.
También en las piscinas deben tomarse precauciones higiénicas adicionales, como ducharse antes de entrar al agua (incluso los niños) para impedir el contagio de enfermedades infecciosas, y se debe usar calzado de goma en las duchas para evitar afecciones por hongos, como el pie de atleta.
En general, también hay que ser precavidos con los cortes de digestión. Lo más recomendable es ducharse antes de introducirse en el agua para facilitar la aclimatación térmica del organismo que evitará cortes de digestión y otras complicaciones.

En los últimos años y en determinadas épocas, en algunas costas de nuestro litoral se ha venido observando la llegada de numerosas poblaciones de medusas, que son arrastradas por las corrientes marinas, pudiendo dar lugar en algunos casos a no poder pasear o bañarse en las playas afectadas.
Las medusas tienen unas células urticantes, que contienen en su interior veneno, cuando lo liberan lo hacen para defenderse de algún peligro o para capturar presas. Por norma general, la mayoría de los incidentes ocurren por contacto accidental con las medusas en el baño, al ser pisadas o al ser manipuladas, generalmente por los niños.
Aunque siempre hay excepciones, las picaduras de las medusas no suelen ser graves, generalmente suele estar relacionado con la especie. El contacto con medusas, vivas, muertas o con restos de ellas se caracteriza por dolor y/o un picor intenso e inmediato en la zona afectada, pudiendo aparecer reacciones locales con enrojecimiento, inflamación y vesículas pequeña entre otros, más rara es la sintomatología de carácter general como náuseas, vómitos y calambres musculares. Los casos más graves pueden presentar pérdida de conciencia con el consecuente riesgo de ahogarse.
Las personas que hayan tenido contacto previo, pueden estar sensibilizadas y una segunda picadura puede producir una reacción más severa. Deberán tener especial cuidado las personas con un historial de alergias así como las personas con problemas cardíacos. Se debe extremar la vigilancia a los niños pequeños.
Además de los bañistas de las playas, también pueden verse afectados los submarinistas así como los trabajadores del mar. Se recomienda precaución, ya que el mayor riesgo es no tener conciencia del peligro que puede suponer el contacto con estos animales invertebrados.
Si ha sido picado o ha tocado una medusa conviene seguir los siguientes consejos:
Hay que limpiar la zona afectada por la picadura.
No frotar la zona afectada, ni con arena ni con la toalla ni con nada que pueda lesionar más.
Usar siempre agua salada. No limpiar la zona afectada con agua dulce.
Durante 15 minutos aplicar frío sobre la zona afectada usando una bolsa de plástico que contenga hielo. Nunca aplicar hielo directamente a no ser que sea de agua marina.
Si hay algún resto de tentáculo adherido a la piel, no realizar movimientos bruscos para desprenderse de ellos, se deben quitar, pero nunca tocar la zona afectada con las manos. Se utilizarán pinzas.
Si el dolor es muy intenso o el estado de la persona empeora progresivamente, deberá acudir de inmediato a un centro médico.
También se señalan una serie de consejos y recomendaciones útiles si hay un gran número de medusas en las zonas de baño:
Tomar precauciones incluso si hay medusas en zonas alejadas de las zonas de baño, la acción de las olas rompe los tentáculos y los trozos flotantes de medusas están activos.
No pasear por la playa en la zona donde rompen las olas y pueden abundar fragmentos de medusa.
En los días que aparecen las medusas evitar los juegos en la orilla de la playa.
Con precaución y sin tocarlas con los dedos sacarlas fuera del agua. Recoger con cuidado aquellas que se han quedado en el borde de la playa.
Avisar a otros bañistas que no las toquen incluso si éstas parecen muertas o están fraccionadas. .
Cuando las medusas aparecen en las playas la mejor precaución es permanecer fuera del agua.
Fuente: Ministerio de Sanidad y Consumo

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